principio de incertidumbre


el manual de operaciones?
algo de mi,
funciona mal.
el diccionario,
no me dice de esto,
quien?
quien me enseña ahora?
si es mitad odio, mitad-amor
un medley de twist y clasica.
un trago empalagoso,
al pasar amargo
ay! pero cuanto vacio...
cuando el sabor se va.
Droga, droga, droga..
-es- consumidor,
si consigo con eso,
aislarlo en mi velador.
que busco?
como y donde?
y como?
tan dificil encontrar ...
la del zapato de cristal?
mientras mas busco,
mas se aleja...
ni el destino me puso piedad,
ni el limite, sufrir.
hombre abatido, ¿y que?
a nadie le importa
felicidad esquiva.
ida, ida ida...

la caja de luz

Y llego a mi, una caja negra. Un perfecto cubo obscuro que nada revelaba de su interior. No tenia ninguna especie de manilla, cerradura, enclave o algo que sospechara de apertura.

Durante los primeros meses trate de buscarle un rincon en mi hogar, en un sitio donde se viera atractiva, decorarativa o sencillamente util, pero era un cubo negro, feo y bastante depresivo.

Trate de esconderlo, pero siempre que buscaba otra cosa, re-aparecia la caja. lo entre al closet, pero cuando quise sacar la ropa de invierno, aparecio. Lo oculte bajo las mantas, pero cuando las necesite, aparecio otra vez; y su presencia me molestaba cada vez mas.

Decidi dejarlo fuera de mi casa, junto a las bolsas de basura, pero siempre que retiraban las bolsas, dejaban la caja.. que fastidio! Cierto dia, le sostuve en mis manos y ofreci regalarlo a la gente que pasaba, pero todos lo miraban sospechosamente y nadie queria aceptarlo. Cuando ofreci dinero para el que se lo llevase, me trataron de loco, creyendo que habia una bomba dentro!

Como tambien estorbaba fuera de mi casa, decidi entrarlo. Le puse en el escritorio y me sente frente a el. Lo mire largo tiempo.

Fue tanto el tiempo que lo mire, que note una hendidura que antes me era imperceptible. cuando presione suavemente con el dedo sobre la hendidura, escuche un "click" en el interior y una de las caras del cubo se abrio.

Dentro de el, habia una replica de un carrusel victoriano del siglo XVII, todo perfectamente labrado y pintado a mano.

Gire las manecillas del carrusel y este empezo delicadamente, como un reloj suizo, a moverse y a desprender una musica maravillosamente seductiva.

Oh! cuanto tiempo estuve absorto de la belleza del carrusel y su musica.

Todos los dias cuando regreso a mi hogar, doy vueltas a la manecilla y escucho por los 5 minutos, aquella placentera melodia. Esa anhelada paz regresa a mi, cuando el carrusel finalmente se detiene.


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Asi es la soledad. no la queremos, la intentamos ocultar, deshacernos de ella -como sea-, pero finalmente descubrimos que no es tan mala y que encierra lo lindo que llevamos dentro de nosotros y que inutilmente intentamos buscar en una pareja, cuando en realidad todo lo que necesitamos, esta en nuestro interior: La paz.