Nunca lo Es

Quiero escribir rechinando los dientes,
vaciar mi alma mundana,
de lastima y compasión.

Queda escrito que la quise,
Que sirva de fé,
porque de nada servirá.

Tuvo del amor sincero e inimaginable;
inimaginablemente insuficiente,
Insuficientemente amargo.

Soñe cada noche con su aliento,
con la luz encandilante de sus ojos,
con la ternura de sus manos pequeñas,
y la sombra de sus pasos en mi alcoba.
Levante dos torres guardianas y un granero.
Sostuve de una mano el vendaval leal
y acalle el llanto histérico de la gente.
pero ni esos gritos bastaron.

La mujer Lunar

Antes
No sobre mi
su mirar.
Despues,
la mirada hipnotica;
sedante y complaciente.
Convincente,
hasta hacerme: mudo.
Gentil,
al volverme: palido.
Olas, Olas, Olas
cubrian, ceñian
y toda mi conciencia
era estupor.
de espuma y desenfreno.
Le rodeaban como siempre,
dos estelas guardianes,
enmarcaban su belleza,
en el pequeño infinito
era ella
mi firmamento.