no sé sentir, no se esperar, no se que hacer; tras la ruta solitaria de un lobo desdichado, cazador de carroña; vigilante de tantos sueños acaecidos, desterrado al exilio de mi propia intolerancia... al exilio; o yacerme en el pecho calido; cuna de tantas proyeccion, de tranquila y dulce proyeccion.
la quiero. la quiero como quiero mis palabras insensatas, salidas locuaz de mi boca espertante, vomitiva, soez; de poesía barata: de arquitecto filantropico; del Húsar mendigante de cariño que soy y seré. la quiero porque es sencilla, porque de sus labios brota ligera la risa, de sus ojos la compasión y de su alma: de su alma, el anhelante llamado de una loba como yo: la naturaleza de vez en cuando, nos reclama y nosotros a ella.
Mi poesia no es cara. Es un susurro entre en clave morse al inframundo que llamamos: Sociedad. Mi sociedad es un hueco vacio que lleno con migajas de amor, de compasion que a veces personas de sentimientos puros me regalan, tal como yo te regalo esta poesia a ti: señora de mis noches vacias; artesana que conviertes la luna en placer y las estrellas, en el manto mas acogedor que podria soñar. gracias por ese sentimiento.
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