La mujer Lunar

Antes
No sobre mi
su mirar.
Despues,
la mirada hipnotica;
sedante y complaciente.
Convincente,
hasta hacerme: mudo.
Gentil,
al volverme: palido.
Olas, Olas, Olas
cubrian, ceñian
y toda mi conciencia
era estupor.
de espuma y desenfreno.
Le rodeaban como siempre,
dos estelas guardianes,
enmarcaban su belleza,
en el pequeño infinito
era ella
mi firmamento.

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