la historia del admirador secreto - poema 2

Podría citar la noche, Pero su majestuosidad no bastaría,
Para alcanzar la ínfima parte de aquella noche
Que bajo una sola estrella… espía, Observaba.
Observaba en esa noche una estrella, Que además me habló;
Solo pude orbitar a su alrededor,
Conmovido pero absorto de un sueño no placido,
Incluso doliente;
Hoy que mirando: a esa noche y esa estrella;
No te veo.
Existe un núcleo, Sesgado en una capa fría de mi alma,
Se estremece, cuando intento recordar,
Dibujar tu rostro cernido y tu estampa divina,
Solo faltase entonces, el vals y el vestido.
Aquella energía ya intrínseca y seguro por ti,
De la vida provista,
Es quien a veces me narra:
Frases llena de premura, conciencia y fantasía.
Cogí entre mis manos las tuyas,
No sentí mas tremor que el tus ojos ya exhortaban,
Castigándome y haciendo desviar los míos. Podría entonces… no haber quemado mis manos,
Bajo la incandescencia de un astro abrazar?
Podrían mis manos entonces,
Dejar de escribir lo que TU inconciente me dictase?

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