Sangre Aún (cap 2:8)

El buffet del decimo piso, pertenecia a un equipo de abogados, considerados "los mejores de Santiago" definianse sucesiones, herencias y litigios relacionados con enormes cifras azules. Solo los poderosos contaban con esta asesoria; y una impecable marca de juicios a favor, incrementaba aun mas el prestigio de ese equipo.
-Sr. Avendaño, La Srta. Avelier ha llegado.
-Hagala pasar...
Avendaño, era sin duda uno de los mejores dentro del buffet, tras los rigidos marcos de sus lentes, se esgrimia una mirada profunda que atravezaba a todos quienes tuvieran flaquezas al mentir. El mismo solia hacerlo perfectamente, pues nadie notaba la enorme tristeza y soledad que cargaba diariamente. Tras su vozarron severo y seguro, escondia la inseguridad y depresion de un matrimonio que se caia a pedazos.
La Srta. Avelier entro con ese moviemiento de caderas que solo tienen las personas con estirpe noble. tras las gafas negras y ese cabello rubio que escapa de su sombrero, llevaba toda la feminidad que hacia doblar la mirada de los hombres, incluso; tras el luto que mostraba.
La enorme oficina, de ventanales a ras de piso que daba hacia Apoquindo, se impregno del fino perfume de la mujer.
-Cuenteme, cual es su problema. pregunto el abogado que no dejaba de escrutarla inquisidoramente.
-Usted.
-Como dice?
La mujer le extendio una carta plegada.
Fernando Avendaño, Prestigioso Abogado; luego de extenderla y leerla seriamente, no pudo a pesar de sus años de experiencia, manejar ese rostro sin dibujar una muestra de preocupacion y engaño.
-Esta es mi tarjeta, llameme cuando estime conveniente.
La mujer dejo el espacio alfombrado y este parecio cubrirse de negro.
Avendaño, echo dos hielos a una copa de whyski y la bebio lentamente, mientras leia una y otra vez el nombre de la tarjeta...

"Camille Isabelle Avelier Jeur' reix"

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